Ayudar a alguien a sentirse es importantísimo y sagrado. Todos los cuerpos son sagrados y recibir amor, respeto y seguridad es nuestro derecho de vida. Desde los mimos, con gratitud y asombro, me he visto transformar la complacencia, desconexión e incomodidad en autosostén, relajación y expresión libre.

Resignificar el concepto de placer y de sexo, requiere abrazar la vergüenza y el miedo de no haber encajado en el supuesto “normal”. Hacerlo acompañadx de personas con la misma sensibilidad  es un regalo.

Actualmente me siento en la etapa de mayor disfrute vital y sexual de mi vida. Es cierto que ahora tengo una pareja maravillosa y que las cosas se ponen fáciles cuando hay disponibilidad y sincronía, pero empecé esta indagación en soledad, comprometida conmigo misma, abrazando mis desazones y confiando en mis cuidados y sigo integrando en la cotidianidad las prácticas que me conectan, me acompasan y me suman vitalidad y disfrute. 

Consciente de lo que ha significado tener recursos útiles que me ayudaran a desbloquear la energía, ahora deseo compartirlos con quien tenga esta misma necesidad de seguridad y de conexión esenciales.

Mi idea del Tantra habilita una espacio donde aprender a:

• Incrementar la propia energía vital en el cotidiano
• Sentir placer de múltiples formas (no solo genitalizadas ni coitocentristas)
• Integrar recursos para acompañarse dentro de cada experiencia, ya sea expansiva o contractiva y traerse de vuelta al gozo.
• Hacer este recorrido acompañadxs por la energía de un grupo en el que sostenernos, reconocernos y aprender.